La paz perpetua es, en palabras del propio Juan Mayorga:
«Un texto que responde a un desafío que me hace Gerardo Vera, que hace unos años me desafía a confrontarme como dramaturgo con el tema del terrorismo... [...] Estos tres perros son un pastor alemán, un rottweiler impuro y un perro de laboratorio híbrido de distintas razas, que luchan como digo por una plaza en unos exámenes que constarán por un lado de una prueba práctica y luego de un examen psicotécnico, luego de una entrevista personal y quizá de una prueba sorpresa, todas las cuales serán evaluadas por un cuarto perro, un veterano, que es un labrador, y que tendrá a su lado a un ser humano que cuidará y quizá, al mismo tiempo, observe a los tres perros candidatos.»
Así nos introduce esta obra dramática en un vídeo de presentación en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), vídeo que podéis ver clicando aquí.
Representación teatral de La paz perpetua en la TNC. |
Estamos pues, ante una sobrecogedora metáfora de nuestro mundo, un mundo que incita a la lucha por sobrevivir; un texto protagonizado por animales (fórmula que ya Mayorga había utilizado, por ejemplo, en Últimas palabras de Copito de Nieve y La tortuga de Darwin), pero enraizado profundamente en la psicología de la existencia humana.
Para la escritura de este texto, Mayorga, se basó en Sobre la paz perpetua (Zum ewigen Frieden. Ein philosophischer Entwurf), obra filosófica/política de Inmanuel Kant, compartiendo así el mismo título. Kant en su texto, ponía de manifiesto un tema recurrente de su época y se trataba de la paz utópica y el "mal necesario". El mismo título ya había sido utilizado antes por otro autor, Charles-Irénée Castel de Saint-Pierre (Abad de Saint-Pierre), que el propio Jean Jacques Rousseau había analizado y comentado en varios de sus ensayos.
En la obra de Kant se establecen dos citas en dos apéndices diferentes:
Parafraseando al evangelio: Buscad ante todo acercaros al ideal de la razón práctica y a su justicia; el fin que os proponéis –la paz perpetua– se os dará por añadidura. (Apéndice 1)
Las acciones referentes al derecho de otros hombres son injustas, si su máxima no admite publicidad. (Apéndice 2)
Tratando así la problemática de la moral frente a la política. Y es que, Mayorga, con esta obra teatral plantea, de esta forma, la cuestión del terrorismo, pero desde la perspectiva de sus consecuencias políticas y morales en lo que sería la fórmula de democracia actual.
El argumento de La paz perpetua se centra básicamente en la cuestión moral del uso de medidas que instauren la seguridad para la prevención de ataques terroristas. Los temas principales serían la tortura, la violencia, la autoridad, la justicia.
Otro aspecto recurrente y que nos ha llamado la atención es el recurso literario de la "animalización", ya usado por Cervantes en El coloquio de los perros y también por Valle-Inclán en Luces de bohemia. Manuel Barrera Benítez proponía también, en su introducción al libro (edición de KRK[1]), La metamorfosis de Kafka, para explicar así el uso de estos animales como ejemplo, fábula, o llamémoslo enseñanza de lo que conlleva el terrorismo, la defensa de esto y la tortura moral.
Entonces, tenemos cuatro perros: Odín, Enmanuel y Jhon-Jhon, también al veterano Casius, pero los tres primeros serán los principales protagonistas. Los tres perros despiertan en una sala de pruebas y en ella comenzarán a competir entre ellos por un supuesto collar, al que a lo largo de la obra, se le irá aludiendo. El ganador de este collar será el perro elegido para combatir el terrorismo del que ya venimos hablando desde un primer momento en esta entrada:
Enmanuel. Están buscando el perro perfecto. El perro diez. Llevan siglos buscándolo. ¿Sabías que los dóberman no son naturales?
[...]
John-Jhon. Seleccionen a los cachorros de mejor pedigrí. (...) En este tiempo te condicionan a no llorar aunque te duela algo, a aguantarte el hambre y la sed y, sobre todo, a no tener miedo. A todas horas te ponen ruidos de explosiones, para acostumbrar los nervios. Luego viene la especialización: narcóticos, inmigración o seguridad. Pero no puedes elegir: a los mejores nos mandan a seguridad. Enseguida empiezas las prácticas: embajadas, estadios, aeropuertos... Te preparan para reaccionar en cualquier circunstancia. De pronto, te sueltan en un súper lleno de gente y tienes que neutralizar a un hombre-bomba.
Se refiere a la búsqueda y/o adiestramiento de una raza de perro que sea de ayuda en una coalición anti-terrorista llamada K7, estamos en un momento donde recientemente ocurrieron los atentados del 11 de marzo de 2004 (11-M), donde cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid fueron víctima de varios ataques terroristas perpetrados por una célula local de yihadistas, llamada Al-Qaeda. Fue considerado el segundo peor atentado cometido hasta la fecha en Europa.
Titular de EL PAIS cuando los atentados del 11-M |
Esto provocó cierta preocupación, miedo y revuelo en aquellos años, y bueno, Mayorga tenía el encargo de escribir sobre ello, y es de suponer que este atentado, y otros también conocidos como los del 11-S, servirían al autor como inspiración para escribir esta representación tan singular.
Enmanuel. Si Casius te plantea el tema «Dios», ¿has pensado qué contestar? (...) Muchos de esos que van por ahí poniendo bombas dicen que tienen a Dios a su lado. Matan en nombre de Dios. Pero ¿qué quieren decir con «Dios»?Mayorga plantea aquí su crítica hacia este terrorismo de origen islamista, pero proponiendo una solución, la de que si realmente es la religión la causante del problema, ya que a lo largo de los años se han vetado a muchas personas por el simple hecho de creer en Alá. Pero somos conscientes de que la fe no es el único ingrediente que pueda incitar a la violencia, pues la ideología política también ha sido un motivo recurrente para la ejecución de actos verdaderamente horribles (véase, por ejemplo, el «Holodomor» de Stalin, o el «Holocausto judío» por parte de Hitler), así como también el tema fundamental y en el que hoy por hoy se mueve el mundo que no es otra que por motivos económicos, la mayoría de las veces, pero al fin y al cabo se resume en ideología político-religiosa. Falsa sensación de democracia que justifica violencia y corrupción.
¿Y es que será verdad (como trata de hacernos reflexionar Mayorga) que los gobernantes o el pueblo han de estar por encima de la ética, de la moral y de las leyes vigentes para conseguir sus objetivos o llevar a cabo sus planes?
Pase lo que pase, habrá que encontrar la mejor manera de salvaguardar la paz, la paz utópica que sugería Kant y que ya señalamos al principio de esta entrada.
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[1] MAYORGA, Juan. La paz perpetua. Intro. de Manuel Barrera Benítez. Oviedo: KRK ediciones, 2009.
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